San Jose













SALVE JOSEFINA

¡Salve a ti, celoso defensor de Cristo!
Virginal custodio del hogar divino, vida, paz, dulzura y esperanza nuestra,
faro de virtudes, norma de paciencia.

Con filial confianza nos, los desterrados pobres hijos de Eva, siempre a Ti llamamos y hacia ti exhalamos
en el triste valle, férvidos suspiros, dolorosos ayes.

¡Oh José benigno!
Vuelve hacia nosotros esos ojos misericordiosos y, cuando el destierro haya terminado,
muéstranos al Niño que te fue confiado.

Sí, Patriarca santo, protector clemente, ruega por nosotros en vida y en muerte, para hacernos dignos de la gran promesa fúlgida y divina de la gloria eterna.

Amén.






ORACIÓN A SAN JOSÉ
Para pedir una santa muerte

Poderoso patrón del linaje humano, amparo de Pecadores,
seguro regio de las almas, eficaz auxilio de los afligidos,
agradable consuelo de los Desamparados, glorioso San José,
el último instante de Mi vida ha de llegar sin remedio;
mi alma quizás agonizará terriblemente acongojada con la
Representación de mi mala vida y de mis muchas Culpas;
el paso a la eternidad será sumamente Duro;
el demonio, mi enemigo, intentará combatirme terriblemente en todo el poder del infierno,
a fin de que pierda a Dios eternamente;
mis Fuerzas en lo natural han de ser nulas:
yo no tendré en lo humano quien me ayude;
desde ahora, para entonces, te invoco, padre mío;
a tu patrocinio Me acojo;
asísteme en aquel trance para que No falte en la fe, en la esperanza y en la caridad;
Cuando tú moriste, tu hijo y mi Dios, tu Esposa y Mi Señora, ahuyentaron a los demonios para que no se atraviesen a combatir tu espíritu.
Por estos Favores y por los que en vida te hicieron,
te pido ahuyentes a estos enemigos, para que yo acabe la vida en paz, amado a Jesús, a María y a ti, San José.
Amen.

Jesús, José y María, les doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José María, asístanme en mi última agonía.
Jesús, José y María, reciban, cuando muera, el alma mía.






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