Mil veces la hora que el mundo te vio!
El dogma de la Asunción de Maria se refiere al cumplimento de la promesa de amor de Dios para todos los que cumplen y viven su Palabra. Es la prolongación de un amor creador y redentor que no abandona sino que es fiel hasta el ultimo minuto y con gran generosidad recompensa a los que han permanecido fieles en medio de las adversidades.
Las tumbas de Jesús y de Maria están vacías! La muerte no ha podido con ellos, no hay victoria de la muerte sobre los que realmente esperan en Cristo. El transito de la Virgen debe ser la meta de todo cristiano, morir de amor, ansiar estar con el amado y tener una sed que consume de ese amor divino. Muchos santos y santas a lo largo de la historia han experimentado esta sed de amor que los consume. El deseo de morir para estar de nueva vez reunidos con su esposo, con su Senor y creador.
La Santísima Virgen Maria, llegando el tiempo culmen de su misión en la tierra, habiendo respondido de manera generosa y fiel al llamado de Dios, se entrego por completo y sus ansias de amor la reunieron nuevamente con su amado Jesús. Dios, que hace maravillosamente sus obras y que todo lo lleva a buen fin, dispuso que aquella que llevo a su Hijo en su seno, a quien le comunico una gracia singular el Espíritu Santo, quien fue preservada desde el vientre de su madre de toda mancha, cuya pureza y virginidad habían custodiado los ángeles, fuera también preservada con todas estas virtudes hasta el ultimo instante de su vida terrenal. Es Maria la primera heredera de la promesa del Apocalipsis, esa mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies, es la primera ciudadana de la tierra nueva y cielos nuevos, donde nos espera, desde donde intercede por nosotros para que algún dia, junto a los ángeles, podamos dar gloria a Dios en una acción jubiloso que no tiene fin.
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