Como hemos insistido al nombrar a San Jose como protector de los devotos de la Virgen, no puede existir un autentico devoto de Maria si no es a la vez muy devoto de este gran Santo. Por este motivo hemos iniciado a recordar cada 19 de mes a San Jose, para que se convierta en un momento para ver a este hombre fiel, casto, integro, dócil al espíritu, buen padre y esposo, y aprender de el para transformarnos en auténticos cristianos.
Pero ademas de todas estas cualidades, San Jose es también maestro de oración. Y no fue necesario para este hombre dejar escritos o tratados de oración para comprenden como orar y como encontrarnos con Jesus. Simplemente vivió en una continua comunicación y sintonia con su Hijo Jesús: hablando con El día a día, enseñándole, compartiendo juntos. Y es que esa es la clave de la oración: buscar al Amando, hacer el tiempo necesario para encontrarse con EL. El que realmente ama busca el tiempo necesario para tener momento a solas con el Amado, y con mucha frecuencia, no solo cuando necesita de El. Lo que hace el amado y el amante es amar, en eso se centra su vida. Todo lo ve fácil de superar con tal de permanecer en la con su amado, y los momentos que esta sin El son de terno suplicio y pena.
Pidamos a San Jose su intercesión para nuestras necesidades, pero sobre todo pidamos su ayuda para poder orar, para tener ese encuentro con Jesús a diario en cada momento. Que el nos ayude a hacer de nuestras vidas una continua oración.
Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a este glorioso Santo por maestro y no errará el camino. No quiera el Señor que haya yo errado atreviéndome a hablar de él; porque aunque publico que soy devota suya, en servirle y en imitarle siempre he fallado. Pues él hizo, como quien es, que yo pudiera levantarme y no estar tullida; y yo, como quien soy, usando mal de esta merced (V 6, 8). Santa Teresa de Jesus
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