Recuerdo desde
pequeño haber obtenido un librito de las apariciones de Nuestra Señora en
Fátima, aunque repleto de letras y sin ninguna imagen que llamara la atención a
un niño aquel libro llegó a ser uno de mis favoritos, guardándolo como un
tesoro el cual leía cada año al aproximarse la fiesta de Nuestra Señora. Aunque
realmente aquel libro nunca fue para mí, sino que llegó a mis manos a través de
un primo, creo que fue la mejor lectura mariana que pude tener de pequeño.
El relato de las
apariciones de la Virgen en Fátima inicia con un encuentro de carácter urgente
donde la necesidad de orar es inmediata. El ángel comunica a los niños la alegría
que causa su inocencia a los Corazones de Jesús y María, pero al mismo tiempo
les encomienda orar por los pecadores, por la paz. Y esta necesidad de oración para
un niño cuyo mundo girar alrededor del juego, de los amigos, de la diversión, era
sin duda un pedido extraordinario y novedoso. Es de notar que antes de tener el
gran encuentro con la Santísima Virgen, los niños viven este encuentro con el ángel
como una preparación. Tal como el Señor
le comunico al profeta Elías, él debía comer porque tenía un largo camino por
delante, 1 Reyes 19. Al igual que el pasaje de las escrituras, el ángel les da
de comer y beber el cuerpo y sangre de Jesús a los niños para iniciar lo que sería
un largo camino de sufrimientos, de calumnias, de persecución. Pero ese camino tendría
la más bella compañía, los días 13 de cada mes los niños encontraban nuevos ánimos
para volver a ver a esa Señora de incomparable belleza.
Poco a poco, luego
de acercarse a Jesús eucaristía, van descubriendo ayudados por la Virgen lo
bello que es Dios y su misericordia y cuan egoísta somos cuando actuamos por
saciar nuestra soberbia y vanidad. “No ofendan más a Dios que ya está muy
ofendido” fueron una de las últimas palabras de la Virgen. Su apariencia celestial,
su preferencia por los inocentes y desprotegidos, su preocupación por sus
hijos, su cara triste al ver como el mundo se pierde, simplemente todo esto
encanta al acercarnos al verdadero sentido de las apariciones en Fátima. Este
no es una de las apariciones que ha dejado algo visible para recordarnos su autenticidad
como la fuente en Lourdes o la tilma de Guadalupe, sin embargo, Fátima continúa
siendo una de las advocaciones más celebradas y más conocida en el mundo.
Fátima es un signo
de esperanza, de sanación y conversión “-Si, a algunos curares durante el año.
Y tomando un aspecto muy triste, la Virgen añadió: "Rezad, rezad mucho y
haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no
tener quien se sacrifique y rece por ellas". No encontramos una respuesta
de exclusión o de castigo en Fátima, al contrario, encontramos el llamado a
cambiar para obtener misericordia. Este mensaje de amor es el que atrae tanto.
Es el corazón de la Madre latiendo por cada uno de sus hijos. No se puede entender
Fátima solo a través de la explicación histórica de los misterios, se necesita
hacerlo a la luz del amor y del evangelio. Es preciso volver a Dios y
consolarlo. Entender el mensaje y dejarnos llevar es el inicio del Triunfo del
Inmaculado Corazón en el mundo. Si tu vida y la vida cambiar y se acercan más a
Dios, si se habrá cumplido la promesa de María.
0 comentarios :
Publicar un comentario