Rosa Mística es un título que se le da a la Madre de Dios incluido en las Letanías Lauretanas en 1587. Siempre la iglesia ha considerado las rosas como símbolo de nuestra Señora; las Ave Marías que les ofrecemos, las intenciones que le elevamos y que ella acepta con benevolencia. Es pues un título recocido. Hasta la fecha las “apariciones” de nuestra Señora en 1947 a Pierina Gilli siguen bajo investigación y estudio por la Iglesia. Es un proceso que toma tiempo y se necesitan pruebas para demostrar el evento “extraordinario.”
Sin embargo, durante los últimos años hemos visto la proliferación de esta devoción a Nuestra Señora bajo el título de Rosa Mística. Muchos grupos parroquiales bajo su patronazgo se dedican a promover el rezo del Rosario a la Rosa Mística y su particular devoción. En artículos anteriores hemos abordado el punto y requisito para que la devoción a Nuestra Señora sea auténtica y un punto clavo de este es concentrarnos a que la devoción a nuestra Señora nos lleve a actuar. A pesar de ser una devoción que fomenta la oración existe un leve peligro y es el de caer en la superstición.
Muchos de los creyentes de la aparición de la Rosa Mística están convencidos que la Virgen regala escarchas a quienes rezan con fe su rosario. Para muchos esto es algo “extra” que no tiene mucha relevancia. Para otros obtener las escarchas es lo principal y ahí se da el peligro de tener una devoción como un amuleto o con un sentido esotérico. La auténtica devoción a María se centra en escuchar la Palabra de Dios, aceptar su voluntad con un si fiel que lleva al servicio desinteresado a los hermanos a través de una coherencia de vida. Es lamentable que en particular en América Latina se presta tanta atención a los “efectos sobrenaturales” de la piedad popular que desvirtúan hasta la más tierna de las devociones. Ante estos efectos este es nuestro consejo hoy en el día de esta fiesta:
1. Que tu relación con María se centre en la Palabra: No es posible solo rezar el rosario a la Rosa Mística, es preciso meditar la Palabra, saborearla, hacerlo día a día. El auténtico devoto de María tiene una vida Cristocentrica, que refleja al verbo encarnado obrando en el día a día.
2. Que la devoción te lleve a la acción: Tampoco podemos centrarnos en solo rezar. Ya muchos padres de la iglesia nos indicar que la clave es “orar y trabajar”. La auténtica devoción te llevará también a obrar, a salir al encuentro del prójimo, del necesitado.
3. A vivir coherentemente y muy cercano a los sacramentos: Algunos devotos se concentran en aumentar los rezos, pero pocos verdaderamente se centran en acercarse a los sacramentos. Jesús es la fuente de toda gracia, el mismo pone estas gracias a su Madre para que las distribuya, pero Él es la gracia misma. Como verdaderos hijos de María no solo debemos estar constantes en la participación de los sacramentos, sino que debemos amor y ponerlos en primer lugar.
4. No centrarnos en lo externo: Si rezamos y estamos pendientes de lo que pasará después, sin concentrarnos en vivir nuestra oración, estamos desaprovechando un valioso momento con Dios. Concéntrate en acercarte a él en la oración que él entre a tu intimidad y aunque sea una oración breve El estará encantado de escucharla. No nos concentremos en fenómenos sobrenaturales, escarchas, apariciones, etc. Lo principal es ser coherentes. De nada nos sirve decir que recibimos miles de escarchas, visiones, etc. si al final nuestros mismos vecinos no tienen una buena referencia de cristianos por parte nuestra.
5. Conocer para amar: Nuestro lema y tratamos de recomendarlo a todos. Si eres devoto de esta advocación investiga, lee, documéntate. La mejor forma de amar algo es conocerlo.
¡Que tu devoción a María te acerque cada vez más a Jesús!
Sin embargo, durante los últimos años hemos visto la proliferación de esta devoción a Nuestra Señora bajo el título de Rosa Mística. Muchos grupos parroquiales bajo su patronazgo se dedican a promover el rezo del Rosario a la Rosa Mística y su particular devoción. En artículos anteriores hemos abordado el punto y requisito para que la devoción a Nuestra Señora sea auténtica y un punto clavo de este es concentrarnos a que la devoción a nuestra Señora nos lleve a actuar. A pesar de ser una devoción que fomenta la oración existe un leve peligro y es el de caer en la superstición.
Muchos de los creyentes de la aparición de la Rosa Mística están convencidos que la Virgen regala escarchas a quienes rezan con fe su rosario. Para muchos esto es algo “extra” que no tiene mucha relevancia. Para otros obtener las escarchas es lo principal y ahí se da el peligro de tener una devoción como un amuleto o con un sentido esotérico. La auténtica devoción a María se centra en escuchar la Palabra de Dios, aceptar su voluntad con un si fiel que lleva al servicio desinteresado a los hermanos a través de una coherencia de vida. Es lamentable que en particular en América Latina se presta tanta atención a los “efectos sobrenaturales” de la piedad popular que desvirtúan hasta la más tierna de las devociones. Ante estos efectos este es nuestro consejo hoy en el día de esta fiesta:
1. Que tu relación con María se centre en la Palabra: No es posible solo rezar el rosario a la Rosa Mística, es preciso meditar la Palabra, saborearla, hacerlo día a día. El auténtico devoto de María tiene una vida Cristocentrica, que refleja al verbo encarnado obrando en el día a día.
2. Que la devoción te lleve a la acción: Tampoco podemos centrarnos en solo rezar. Ya muchos padres de la iglesia nos indicar que la clave es “orar y trabajar”. La auténtica devoción te llevará también a obrar, a salir al encuentro del prójimo, del necesitado.
3. A vivir coherentemente y muy cercano a los sacramentos: Algunos devotos se concentran en aumentar los rezos, pero pocos verdaderamente se centran en acercarse a los sacramentos. Jesús es la fuente de toda gracia, el mismo pone estas gracias a su Madre para que las distribuya, pero Él es la gracia misma. Como verdaderos hijos de María no solo debemos estar constantes en la participación de los sacramentos, sino que debemos amor y ponerlos en primer lugar.
4. No centrarnos en lo externo: Si rezamos y estamos pendientes de lo que pasará después, sin concentrarnos en vivir nuestra oración, estamos desaprovechando un valioso momento con Dios. Concéntrate en acercarte a él en la oración que él entre a tu intimidad y aunque sea una oración breve El estará encantado de escucharla. No nos concentremos en fenómenos sobrenaturales, escarchas, apariciones, etc. Lo principal es ser coherentes. De nada nos sirve decir que recibimos miles de escarchas, visiones, etc. si al final nuestros mismos vecinos no tienen una buena referencia de cristianos por parte nuestra.
5. Conocer para amar: Nuestro lema y tratamos de recomendarlo a todos. Si eres devoto de esta advocación investiga, lee, documéntate. La mejor forma de amar algo es conocerlo.
¡Que tu devoción a María te acerque cada vez más a Jesús!
Que mí amor por La dulsísima Virgen 🌹 María.Me acerquen más a Jesús 🌹
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