El 8 de septiembre celebraremos la Natividad de la Virgen. Aun hay muchas personas que desconocen el significado de esta fiesta. A continuacion compartimos unos fragmentos de los escritos de la mistica Sor Maria de Jesus Agreda, de su libro Mistica Ciudad de Dios, donde nos habla del plan de Dios para Maria.
A este
mismo instante, consiguientemente y como
en
segundo lugar, pertenece el decreto y predestinación
de la
Madre del Verbo humanado; porque aquí entendí
fue
ordenada esta pura criatura, antes que hubiese otro
decreto
de criar otra alguna. Y así fue primero que todas
concebida
en la mente divina, como y cual pertenecía y
convenía
a la dignidad, excelencia y dones de la
humanidad
de su Hijo santísimo; y a ella se encaminó
luego
inmediatamente con él todo el ímpetu del río de la
divinidad
y sus atributos, cuanto era capaz de recibirle
una pura
criatura y como convenía para la dignidad de
Madre.
Antes
que se hiciese la tierra, aún no eran los
abismos
y yo estaba concebida. Esta tierra fue la del
primer
Adán; y antes que su formación se decretase y en
la
divina mente se formasen los abismos de las ideas ad
extra,
estaban Cristo y su Madre ideados y formados. Y
llámanse
abismos, porque entre el ser de Dios increado y
el de
las criaturas hay distancia infinita; y ésta se midió,
a
nuestro entender, cuando fueron las criaturas solas
ideadas
y formadas, que entonces también fueron
formados
en su modo aquellos abismos de distancia
inmensa.
Y antes de todo esto ya estaba concebido el
Verbo,
no sólo por la generación eterna del Padre, pero
también
estaba decretada y en la mente divina
concebida
la generación temporal de Madre Virgen y
llena de
gracia, porque sin la Madre, y tal Madre, no se
podía
determinar con eficaz y cumplido decreto esta
temporal
generación. Allí, pues, y entonces fue concebida
María
santísima en aquella inmensidad beatífica; y su
memoria
eterna fue escrita en el pecho de Dios, para que
por
todos los siglos y eternidades nunca se borrase;
quedó
estampada y dibujada por el supremo Artífice en
su
propia mente y poseída de su amor con inseparable
abrazo.
Ni los
montes se habían asentado con su grave
peso,
porque Dios no había decretado entonces la
creación
de los altos montes, de los patriarcas, profetas,
apóstoles
y mártires, etc., ni los demás santos de mayor
perfección;
ni el decreto de tan grande determinación se
había
asentado con su grave peso y equidad, con el
fuerte y
suave modo (Sab., 8, 1) que Dios tiene en sus
consejos
y grandes obras. Y no sólo antes que los montes
—que son
los grandes santos— pero antes que los
collados,
era engendrada, que son los órdenes de los
santos
ángeles, antes de los cuales en la mente divina
fue
formada la humanidad santísima, unida
hipostáticamente
al Verbo divino, y la Madre que la
engendró.
Antes fueron Hijo y Madre que todos los
órdenes
angélicos; para que se entienda que, si David
dijo en
el salmo 8: ¿Qué es el hombre o el hijo del
hombre,
que tú, Señor, te acuerdas de él y le visitas?
hicístelo
poco menos que los ángeles (Sal., 8, 5-6),
etcétera,
entiendan y conozcan todos que hay hombre y
Dios
juntamente, que es sobre todos los hombres y los
ángeles
y que son todos inferiores y siervos suyos; porque
es Dios,
siendo hombre, superior, y por esto es primero en
la mente
divina y en su voluntad, y con él está junta e
inseparable
una mujer y Virgen Purísima, Madre suya,
Superior
y Reina de toda criatura.
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