En noviembre celebramos a Nuestra Señora de las Gracias y su regalo para todos sus hijos: La Medalla Milagrosa.
En los
momentos de dificultad... deje que la fuerza de la Medalla Milagrosa le ayude.
Algunas veces parece tan difícil mantener la esperanza... Cuando se sienta
desamparado, solo, o necesitado de una mano amiga, en esa hora, debe acordarse
de quien nunca le abandona: María, la Madre de Jesús.
“...Es
generosa con aquéllos que se dirigen a Ella, numerosas son las gracias que
concede a las personas que las imploran, y cuánta alegría siente en
concederlas”. Nos dice Santa Catalina Labouré, que recibió tres visitas de la
Santísima Virgen.
¡Oh,
Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra!, al contemplaros con
los brazos abiertos esparciendo gracias sobre los que os las piden, lleno de la
más viva confianza en vuestra poderosa y segura intersección, manifestada
innumerables veces por la Medalla Milagrosa, aunque reconociendo nuestra
indignidad por causa de nuestras numerosas culpas, osamos acercarnos a vuestros
pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiante necesidades (Se
pide la gracia deseada). Escuchad, pues, ¡oh, Virgen de la Medalla Milagrosa!,
este favor que confiante os solicitamos para la mayor gloria de Dios,
engrandecimiento de vuestro Nombre y bien de nuestras almas. Y para servir
mejor a vuestro Divino Hijo, inspiradnos un profundo odio al pecado y dadnos el
coraje de afirmarnos siempre verdaderos cristianos. ASÍ SEA.
Santísima
Virgen, yo creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción, pura y sin
mancha. ¡Oh, purísima Virgen María!, por vuestra Concepción Inmaculada y
gloriosa prerrogativa de Madre de Dios, alcanzadme de vuestro amado Hijo la
humildad, la caridad, la obediencia, la castidad, la santa pureza de corazón,
de cuerpo y de espíritu, la perseverancia en la práctica del bien, una vida
santa y una buena muerte. Amén.
Fuente: http://es.arautos.org/view/show/21426-nuestra-se-ora-de-las-gracias-y-la-medalla-milagrosa
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