El
mensaje de Nuestra Señora en Fátima también se centra en el amor,
un amor que se entrega y se sacrifica por los demás. Hoy queremos meditar en
las bellas palabras de la Virgen a la pequeña Bernardita:
¡Ruega a Dios por los pecadores!
¡Besa la tierra en penitencia por los
pecadores!"
Nuestra Señora
insiste en el sacrificio como muestra del amor entre hermanos. Como también decía
Madre Teresa de Calcuta, “ama hasta que duela.” Y aquí no estamos refiriéndonos
al castigo físico, flagelación u otros tipos de penitencia. La Virgen habla del
amor y la entrega generosa, que se da hasta el fin, que no pide nada a cambio.
Bernardita, aun siendo muy pequeña, recibe esta misión por parte de Nuestra Señora.
Y lo hace con un acto grande de humildad
para esta pobre niña, a quien muchos acusan de loca. Bernardita besa la tierra
y se sacrifica por todos aquellos que no amamos, que ofendemos a Dios, que nos
centramos en nuestro egoísmo. Para todos estos males, la solución que da la
Virgen es la oración y el sacrificio. Oremos juntos:
“Dios
mio, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman.”
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