En esta semana ha circulado en algunos medios ultra "conservadores" las preguntas que de una forma altanera, soberbia y con un toque irónico los cuatro cardenales que han declarado abiertamente su oposición al Papa y a la reforma misericordiosa que está llevando a cabo en la iglesia. Es muy triste ver como el grupo de católicos que apoyan y difunden estas no gratas noticias son gente que está presta a criticar pero no a actuar. Muchos de ellos desde la comodidad de su casa sin hacer nada en absoluto por ir a los lugares de misión donde NO llega el evangelio, donde no se recibe eucaristías porque no hay sacerdotes, donde la misa parece lejana y desconocida. Todos ellos, al igual que los distinguidos señores cardenales, están concentrados en lo externo, en rituales, formas y pompas pero cerrados aun a la misericordia. Bien se refirió Jesús a los fariseos en su época cuando les dijo:
"Atan cargas tan pesadas que es imposible soportarlas, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo. 5 Todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en anchas tiras, y ponerse ropas con grandes borlas.6 Quieren tener los mejores lugares en las comidas y los asientos de honor en las sinagogas, 7 y desean que la gente los salude con todo respeto en la calle y que los llame maestros"
Y concluye su enseñanza diciendo:
¡Serpientes! ¡Raza de víboras!
Mateo 23
Es muy simple, Jesús se muestra duro y firme ante los que no practican la misericordia y quieren imponer duras cargas en las espaldas de los hermanos. Porque también leemos que "no habrá misericordia para quien no practica la misericordia."
La mejor respuesta ante estos ataques al sucesor de Pedro, cabeza de la iglesia en la tierra, es orar por nuestro querido Papa y por los corazones empedernidos para que se abran a la luz del Espíritu y "sean misericordiosos como el Padre"
Oración por el Santo Padre Francisco
Oh Dios misericordioso y eterno, nuestro Pastor y Guía, mira con amor a Francisco tu siervo, a quien elegiste como sucesor de san Pedro y pastor de tu grey.
Escucha, Señor, la plegaria de tu pueblo y haz que nuestro Papa, Vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a todos los hermanos, para que toda la Iglesia se mantenga en comunión con él por el vínculo de la unidad, el amor y la paz.
Concédele valor, sabiduría y amor a tu pueblo, para que él sirva con fidelidad a todas aquellas personas a quienes tú le has confiado sus cuidados y lleve a tu Iglesia unida en la fe, de corazón y voluntad, mientras procuramos llevar a su pleno cumplimiento la misión de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén
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