Analizar y saborear la vida de Santa Clara de Asís requiere
situarnos en tiempo y espacio: una mujer.... ¿qué más podemos decir si esta
palabra cargaba muchos tropiezos y ataduras en aquella sociedad? Pero ante esta
adversidad y los obstáculos numerosos que la sociedad ponía vemos a una Clara
con paso firme, una mujer que no mira atrás. Si observamos el comportamiento de
las Santas fundadoras, como Santa Teresa de Jesús, Santa Hildegarda, Santa
Teresa de Calcuta, encontramos rasgos muy similares, pero uno que destacamos es
su persistencia hasta el fin. No son mujeres que se dejan vencer por el
desánimo o los obstáculos que encuentran en el camino, por grande que sean.
Santa Clara es el modelo de la perseverancia, de una fe madura que espera todo
de Dios sin reservas. En ella vemos el actuar necesario del cristiano, no en la
espera conformista, sino es una espera activa, una esperanza que además de
entregarse por completo a Dios hace también todo lo que sus fuerzas pueden para
cooperar en su misión.
Hoy mucha falta nos hace fijarnos en el espejo de Clara,
descubriremos que es el mismo Jesús que se refleja. Cuantas veces nos
encontramos a Jesús en los pasajes del evangelio que sale al encuentro, no se queda
en el anonimato, actúa y su actuar transforma. Mirar a Clara es contemplar el
esplendor del ser humano que ha conocido a profundidad su naturaleza; imagen y
semejanza del creador y para todos ellos están reservadas las palabras del
mismo Jesús que nos exhorta a no nadar con mediocridades o falsas humildades,
ser cristianos requiere esfuerzo, no se deja todo a Dios, se da todo “hasta que
duela”
"Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es
posible para quien cree!»"
Marcos 9, 23
0 comentarios :
Publicar un comentario