Triduo a Teresa de Jesús: Corazón Enamorado





DIA 1
El 15 de octubre celebraremos a una gran Santa, doctora de la iglesia y maestra de oración: Santa Teresa de Jesús. Hoy proponemos tres días de reflexión antes de la gran celebración de Santa  Teresa de Jesús

Teresa de Jesús tiene un corazón enamorado, del Dios hecho hombre que se entrega por la salvación de los hombres. De ese día que busca al alma y la encuentra en unión mística, que le concedo el deleite de los mas dulces placeres celestiales. Se rinde por completo ante la gran majestad del todopoderoso y vive en un continuo morir de amor, anhelando estar en la presencia del amado. "Que larga es esta vida" nos dirá Teresa de Jesús, mientras muchos de nosotros vivimos afanados por el mañana, preocupados por las posesiones materiales, por nuestro bienestar, Teresa ve el tiempo lejos de Amado como una eternidad. El salmo 84 también nos recuerda "Mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos."

Pidamos hoy junto a Teresa de Jesús un corazón enamorado, capaz de entregarse por completo, sin reservas, a su creador. Pidamos corazón dispuesto a sacrificarse, un corazón que sea morada de este gran Rey celestial.




Vivo sin vivir en mí


  


Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,*
que muero porque no muero.

  Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;          
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.          

  Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión            
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

  ¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros          
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.          

  ¡Ay, qué vida tan amarga          
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,            
que muero porque no muero.

  Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.            
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

  Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;           
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.          

  Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;         
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

  Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti           
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

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